Tokio Hotel en Dortmund - 13.06.2008

El pasado viernes era el día elegido por los alemanes Tokio Hotel para recuperar la fecha que tuvo que cancelarse por enfermedad de su lider Bill Kaulitz en el mes de marzo. Lo que en su día hubiera sido un concierto más del Tour, había pasado a ser la única oportunidad para ver a la banda de Magdeburg tocando en “casa” y frente a los suyos.

El tiempo durante toda la semana se mostró muy irregular. La temperatura era fría para el mes de junio y lo que era seguro, es que la lluvia haría acto de presencia. Por la mañana, quisimos tomar el pulso a los alrededores de la Westfalenhalle 1 de Dortmund donde, según habíamos podido saber por las noticias, acampaban cerca de 400 Fans desde hacía varios días para poder hacerse con un sitio en primera fila. Pese a que la organización quería evitar a toda costa este tipo de acciones, finalmente no han tenido más remedio que aceptar que las Fans, venidas desde Polonia, Francia, Portugal, Suecia y naturalmente Alemania, ocupasen uno de los parkings con algo más de 60 tiendas de campaña. Dato que confirma que los Fans de Tokio Hotel, están ”hechos” de un material diferente. Aguantar, en algunos casos, una semana de penurias por la satisfacción de poder tener una posición privilegiada durante dos horas, es algo que no todo el mundo está dispuesto a pagar.

Tras esto, nos fuimos al aeropuerto de Dortmund para recoger a la ganadora del concurso de nuestro sorteo. La espera comenzó a hacerse eterna y empezaron a aflorar los nervios cuando pudimos comprobar que tras el aterrizaje del avión, en el que supuestamente debía venir nuestra invitada, no se acercó nadie a la pancarta de recepción que habíamos preparado. Esperamos dos horas más, por si hubo un cambio de horarios a última hora y viniese en el siguiente vuelo, pero tampoco llegó nadie. Nos pusimos en contacto telefónico y se nos confirmó, que por problemas familiares, nuestra ganadora, no vendría a Dortmund.

Con el tiempo bastante justo, volvimos a la Westfallenhalle 1 y pudimos comprobar que la entrada al recinto estaba totalmente bloqueada. Teóricamente debían abrirse las puertas a las 17:30, pero no lo hicieron hasta las 18:30, lo que produjo el histerismo lógico de las Fans que pensaban que iba a arrancar el Show sin estar en sus localidades. Según hemos podido saber, el motivo se debió a que la banda llegó tarde al pabellón por una gran retención en las carreteras y por ello, las pruebas de sonido se retrasaron más de la cuenta con el consecuente desfase horario de todo el concierto.

El concierto arrancó cuando pasaban dos minutos de las 20:00 con un Bill Kaulitz, que apareció en lo alto de una pasarela por detrás del elevado batería Gustav Schäfer, que hizo que las 14.000 almas que llenaban el recinto mutaran de manera colectiva a la locura. “Ich Brech Aus” fue el primero de los 20 temas que desgranaron los de Magdeburg en un pabellón, que daba la sensación de venirse abajo por momentos y que recibió a su banda con una lluvia de estrellas, en una de las diversas acciones preparadas conjuntamente por los Fans.

El grupo era consciente de lo mucho que se jugaba y, aunque internamente estuvieran bastante nerviosos, de puertas a fuera mostraron mucha madurez y un Show muy equilibrado de principio a fin. Gustav, Tom y Georg dejaron salir sus enormes avances en sus respectivas parcelas, estando pendientes en todo momento y secundando a la perfección a su lider Bill Kaulitz.

La voz de Kaulitz no dejó rastro de duda e incluso nos atrevemos a decir que ha ganado en potencia. El lider de una banda ha de saber cantar, pero tan o más importante aún si cabe, es el hecho de ser un buen Showman. En este sentido Bill Kaulitz se maneja en su pais como pez en el agua, llevándose a los Fans a su terreno y demostrando el por qué es tan importante poder cantar en tu idioma materno y mostrarte como tal ante tus Fans. Sabedor que en todo momento tiene las miradas pendientes de él, lejos de asustarse, Bill lo necesita. De la misma manera que el miembro más introvertido del grupo, el batería Gustav Schäfer, se parapeta tras su instrumento, Bill Kaulitz no huye del primer plano ni muestra miedo al error. Algo impensable en un chico de 19 años. En un par de ocasiones se le vió bastante emocionado tragando saliva y con los ojos muy brillantes, abrumado por unos Fans que echaban de menos a los suyos tras su estancia en USA.

El punto negativo de la noche vino de la mano de la técnica. Dicen que todo se debió al retraso con el que se comenzaron a hacer las pruebas de sonido, pero lo cierto es que el volumen era por momentos demasiado elevado, si bien era casi necesario, ya que en ocasiones, costaba escuchar al grupo por el ruido producido por el público. Cuando empezó a sonar el tema “Vergessene Kinder“ en los bises, realmente parecía que todo estaba desquiciado. La voz de Kaulitz apenas se escuchó y eso provocó que entrara a destiempo con el consecuente desconcierto de toda la banda.

El que suscribe ya ha visto a Tokio Hotel en varias ocasiones y hasta la fecha, el último concierto siempre ha logrado superar al anterior. Se empiezan a ganar el respeto de los que antes les catalogaban con cierto desprecio de grupo teenie y les ponían una etiqueta de caducidad no superior al 2009. Dice el dicho popular que “nadie es profeta es su tierra”. Mentira supina. El hecho de que el universo Tokio Hotel se encuentre en fase de expansion por el planeta, no implica ni una perdida de raices, ni mucho menos un cambio de actitud de sus Fans de siempre, que empiezan a asimilar que las antiguas Giras de más de 50 fechas en pabellones en Alemania, van a ser sustituidas en un futuro muy cercano por unas cuantas citas en grandes estadios.


Fuente: TH Suite

 
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