Merkel propondrá al G8 combatir la piratería con instituciones internacionales
La canciller alemana entiende que internet ha permitido a la piratería intelectual y al espionaje industrial trascender las fronteras de los estados y deben ser encarados en el marco de instituciones internacionales. Con ocasión del día mundial de la propiedad intelectual, Angela Merkel responde, en su comunicación semanal por internet, a la misiva de un grupo de artistas, que solicitan que se eleve la situación «a cuestión de Estado». Merkel defiende a «artistas, músicos, escritores y periodistas» pero, en un país tan compositor como inventor, cita antes la «protección de la propiedad industrial», a la que el espionaje habría hecho perder 7.000 millones en 2007 según la confederación del ramo.
La canciller entiende además que la copia masiva de materia cultural, como música, cine, escritos o fotos, «no es un delito menor» y muestra así su apoyo a los artistas, en su campaña contra la desvalorización de su trabajo y el malbaratamiento que, a su entender, se hace de él en internet. El ministro federal de Cultura lamenta que en la «era de la digitalización» ha retrocedido el respecto por el «valor y el significado económico y científico» de la propiedad intelectual.
Su gobierno introdujo ya la cuestión en la agenda de la pasada presidencia alemana del Grupo de las 8 potencias industriales (G8) y dice querer «de nuevo este año abordar este tema», dado que el hábito masivo de copia y suministro a través de la red sería ya «una cuestión ante la que no hay defensa en el marco de las fronteras nacionales». Las asociaciones del sector, en cambio, refieren iniciativas en Francia y Reino Unido, donde los proveedores enviarían avisos a quienes intercambian ilegítimamente música y les cortarían incluso temporalmente el servicio a modo de amonestación.
En su carba abierta publicada en «Süddeutsche Zeitung», «Frankfurter Allgemeine Zeitung» y «Tageszeitung» dos centenares de artistas desaprueban el ritmo masivo de descargas en internet, alegando que en 2007 el número habría alcanzado los 300 millones, diez veces más de lo vendido en las tiendas.
Actores, cantantes y grupos alemanes como Herbert Grönemeyer, Tokio Hotel o Monrose han solicitado que se eleve a cuestión de Estado la situación de los derechos de autor. Intérpretes y compositores de la canción como Roger Cicero, Udo Jürgens y Udo Lindenberg, productores y realizadores como Bernd Eichinger, Fatih Akin y Sönke Wortmann y actores como Till Schweiger aparecen quienes piden protección para su negocio y «contrapartidas» remuneradoras, pero el ministro de Cultura insiste en la necesidad de afrontarlo desde una normativa paneuropea.
La crítica alcanza a todo el sector de las telecomunicaciones que «se beneficia del uso de contenidos ilegales». El ministro Bernd Neumann, del partido de Merkel, conviene en que «las descargas ilegales de música y películas perjudican a la creatividad y amenazan la existencia de los artistas».
Fuente: ABC.es por: RAMIRO VILLAPADIERNA. CORRESPONSAL. BERLIN.